Desde la era primitiva, la humanidad han intentado encontrar formas de atraer la atención, y pocos aliados han sido tan eficaces como el perfume. Fragancias misteriosas, mezclas irresistibles y fragancias hechizantes han sido clave en la historia del magnetismo humano. Pero, ¿cuándo comenzaron a usarse los perfumes? Vamos a recorrer un sendero perfumado a través del tiempo.
El Inicio: Sortilegio, Esoterismo y Olfato Increíble
Los registros más antiguos de aromas surgen encanto impecable en culturas milenarias, con Egipto como cuna de la perfumería. Su devoción por los perfumes los condujo a descubrir combinaciones innovadoras combinando sustancias extraídas de plantas y árboles.
No solo eran herramientas de atracción, también poseían un valor espiritual, utilizándose en procesos funerarios con aromas sublimes. Ya que se trata del más allá, mejor hacerlo con estilo. Los griegos y romanos también dominaron este arte, popularizando el uso de esencias en la vida diaria. Muchos perfumaban sus vestimentas con extractos botánicos, otros disfrutaban de baños enriquecidos con fragancias. Si hoy se considera que demasiada colonia puede ser molesta, considera un evento con todos embadurnados en fragancias. Los romanos sabían lo que hacían en cuestión de atracción.
Durante la época medieval, las fragancias dejaron de ser comunes. Mientras en el lejano oriente los aromas seguían desempeñando un papel en la medicina y la espiritualidad, el clero europeo desconfiaba de los placeres aromáticos. El Renacimiento trajo consigo una explosión de fragancias, haciendo de Francia el epicentro de la perfumería. Hoy en día, el perfume es un canal de expresión y seducción. Desde notas cítricas hasta acordes de especias y maderas, el perfume es una firma invisible que deja huella. Desde ceremonias ancestrales hasta la perfumería contemporánea, los perfumes han acompañado a la humanidad en su búsqueda por el encanto.